lunes, 14 de julio de 2008

Sobre la evolución inducida por la pesca




El 23 de noviembre de 2007, C. Jørgensen y colaboradores propusieron en el Foro Político de la revista Science (Vol. 318, p. 147, 10 de Diciembre de 2007), que la evaluación del impacto evolucionario debe constituirse en una herramienta rutinaria de manejo de recursos que están evolucionado. La tesis sostiene que la "evolución inducida por la pesca" es el factor más importante en determinar cambios en los rasgos de la historia de vida de las especies. Esto quiere decir que los cambios fenotípicos que se observan por el impacto de una pesca intensiva, tienen en efecto un cambio en la constitución genética de las poblaciones. Por otra parte, Ch. Anderson y colaboradores publican en Nature (Vol. 452. p. 835-839, 17 de abril de 2008), que las poblaciones de peces explotadas comercialmente fluctúan más que las poblaciones naturales -aquellas que no son de interés comercial-, al menos cuando la estructura de edad es truncada por la pesca (juvenilización).
Aunque la evidencia aún es circunstancial, se puede aventurar algunas consecuencias para el caso de algunas pesquerías chilenas importantes que están con problemas hoy en día:
a) La merluza común: Este recurso sufrio una juvenilización importante en el 2004, situación que persiste hasta la actualidad. Subsecretaría de Pesca está trabajando en un plan de recuperación de la biomasa de merluza común, partiendo como premisa que a los juveniles actuales se les podría dar una chance real para que puedan crecer a tamaños más grandes. Se puede postular una hipótesis alternativa acerca de la situación del stock: Entre el 2003 y 2004, la pesca (y la predación por jibia) provocó en un corto periodo de tiempo una selección de los ejemplares de rápido crecimiento y de madurez temprana. Si esta hipótesis es verdadera, entonces será muy dificil recuperar biomasa de merluza común en el corto y mediano plazo. Si la juvenilización tiene bases genéticas, evolucionarias, entonces los cambios observados podrían ser irreversible.
b) La merluza de cola: Desde el 2003, los juveniles de este recurso virtualmente ya no están disponibles para ser capturados con cerco frente a Chile central, durante la primavera de cada año. Si la intensidad de pesca provocó una selección de ejemplares juveniles no migrantes, entonces la presencia de juveniles pelágicos no se observarán frente a Chile central en el mediano plazo. A noser que la dinámica de cardúmenes y agregaciones de juveniles re-descubran los sitios geográficos que exploraban las generaciones previas de juveniles y permitan “imprimir” tales características en futuras generaciones.
c) El jurel: La pesca pudo haber determinado una pérdida de variabilidad genética en el jurel, agotando en la población aquellos con características más costeras y residentes que se hacían disponibles en le dominio costero. Si la intensidad de pesca seleccionó ejemplares migrantes oceánicos, que continuamente están explorando tal dominio, entonces será muy dificil que las regulaciones pesqueras convencionales permitan que tengamos jureles en la costa en el mediano plazo. La pesca cada vez estará más lejos, sobre todo si se comprueba que el dominio oceánico constituía una zona de refugio y escape cuando el tamaño de la población de jurel se reducía.

No obstante, se debe señalar al lector que la mayoría de los cambios fenotípicos en muchos rasgos y características de la historia de vida son ambientales más que genéticos. Esto quiere decir, que es probable que las poblaciones no estén evolucionando por selección a través de un rasgo heredable. Sin duda la variabilidad ambiental tiene mucho que ver con la plasticidad que tienen las poblaciones cuando están amenazadas...pero que pasa si las hipótesis son verdaderas? En este contexto, soy de la idea de tomar acciones precautorias ahora y no esperar el peso de la prueba.