martes, 8 de abril de 2008

Caso del jurel 2008: ¿Quién yo…? ¡Yo no fui…!

La temporada de pesca de jurel 2008 comenzó con una búsqueda generalizada de zonas de pesca por la flota industrial de cerco de la zona centro-sur. Resultados: ausencia del recurso y disminución drástica de los niveles de captura. Si esta situación sigue así durante los próximos cuatro meses, entonces la pesquería estará en una crisis mayor, con consecuencias no deseadas para el sector pesquero que se sustenta en el jurel.

El caso del jurel 2008 sirve para ilustrar lo que ocurre normalmente en pesquerías que entran en crisis. Esto es, una clara secuencia de eventos, donde el pensamiento lineal se relaciona con el curso de los motivos, de los deseos y la rigidez de principios establecidos por nuestro conocimiento parcial del ente biológico que sustenta toda pesquería.

La secuencia se inicia con cambios desfavorables en los indicadores biológicos y pesqueros, cuya persistencia podría poner en riesgo al recurso y la pesquería (mi sesgo, ya que puede haber cambios sociales, económicos y políticos también). En el caso del jurel, la virtual ausencia del recursos en las zonas de pesca y/o la formación de agregaciones comerciales. Cuando ocurre un cambio como este y persiste por un par de meses, se desarrollan las siguientes etapas: a) reconocimiento de cambios en los indicadores, sin dar importancia a los primeros síntomas esperando que sea algo transitorio de muy corto plazo; b) análisis y reconocimiento de los cambios en los indicadores, los que se extienden ya durante toda una temporada de pesca, produciendo debates e interpretaciones acerca del diagnóstico y de las perspectivas de la pesquería; c) regulaciones y decisiones políticas que pretenden revertir o superar la crisis; y d) "toda duda se despeja", donde el sistema se adecua a un nuevo régimen pesquero o desemboca en la extinción comercial del recurso, i.e., colapso económico.

De estas etapas, los debates e interpretaciones acerca del diagnóstico y las perspectivas del recurso constituyen la fase más interesante desde el punto de vista político. Generalmente, los usuarios de la pesquería (pescadores, armadores) pondrán énfasis en las condiciones ambientales desfavorables al recurso, sin el peso de la prueba suficiente (sólo percepciones, deseos que ojala así sea). Algunos científicos y asesores se alinean con esa posición, con argumentos interesantes…pero no se dan cuenta que sólo están planteando una hipótesis. Otros, identificarán a la intensidad de pesca como el factor principal que determinó la situación actual del recurso. Si el debate es fuerte y no se llega a un mínimo esfuerzo por ponderar las hipótesis, habrá un mediador (usualmente el ente regulador) que determinará que las dos posiciones enfrentadas busquen respaldo en el mundo científico, académico, o de expertos. Estoy seguro, que en el caso del jurel habrá un desfile de expertos internacionales a los que se les consultará sobre lo humano y lo divino en relación con la situación del recurso.

La etapa final, también es muy interesante, ya que por experiencia se sabe que a la larga es la hipótesis de la sobreexplotación la más verosímil (“toda duda se despeja”). Debo decir que en esta secuencia, la primera etapa no se sabe muy bien como ocurre, pero una vez que el cambio persiste se pasa rápidamente a la etapa siguiente. En realidad, la primera etapa surge debido a nuestra incapacidad para detectar la sobreexplotación que sólo se reconoce cuando ya es evidente y muy tarde. Usualmente, los investigadores aprendemos del recurso como la pesquería se desarrolla. Así, cualquier investigador que haya estado llevando a cabo un programa de evaluación de la población (generalmente biológica) no podrá, aunque quiera, evitar que la explotación de un recurso supere umbrales y límites no deseados.

El caso del jurel 2008 es muy pertinente en lo que digo. El sector industrial (usuarios del recurso) está poniendo énfasis en el evento La Niña como un factor externo (ambiental, no controlable) como la principal causa de la situación del recurso en esta temporada. Asimismo, está poniendo la mirada en la flota de alta mar que operó y está operando en aguas internacionales…Esto es lo que hacen los artesanales: cuando tienen un recurso compartido con el sector industrial, y quienes por lo general culpan a las grandes “flotas industriales que depredan el mar” (las palabras no son mías). No me cabe duda que los investigadores de IFOP defenderán la tesis de la sobreexplotación. De hecho, las cuotas establecidas en el Consejo Nacional de Pesca han superado siempre las capturas biológicamente aceptables que han sido recomendadas, y además con niveles de riesgo mayores al 10%.

Ahora consulto al lector: ¿en que fase de la secuencia de eventos de una crisis cree usted que estamos en el caso del jurel? ¿Qué haría usted si conoce la secuencia de eventos que acabo de describir? ¿Qué recomendaciones podría sugerir a Subsecretaría de Pesca? ¿Traerá un experto internacional para que aclare las dudas…? ¿Buscará acciones de mitigación para el desempleo que se producirá…? Si usted es un biólogo, ¿cómo podría diseñar una tabla de decisión en que haga explícita las hipótesis acerca del probable estado de la naturaleza?

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