martes, 10 de agosto de 2010

El pez grande se come al más chico: perspectivas para conocer más sobre la mortalidad natural

En el análisis de pesquerías, los Biólogos Pesqueros distinguen la mortalidad natural de la mortalidad por pesca, y representa cualquier fuente de mortalidad que no sea debida a la acción del hombre. En la mortalidad natural está representada principalmente la mortalidad por depredación, es decir el impacto que tienen los depredadores naturales sobre los individuos de la población; no obstante, también incorpora la mortalidad por enfermedades, inanición, y canibalismo en los casos en que ocurra. En la evaluación de una población de peces aún se asume que la tasa de mortalidad natural es constante entre edades y años, para la fase explotada de una población. La mortalidad natural se simboliza por la letra M, y constituye uno del parámetro más incierto. Afortunadamente fue descubierto que M está correlacionada con otros parámetros de historia de vida de los peces y que son más fáciles de estimar, lo que llevó al desarrollo del uso de modelos empíricos para su estimación. La tasa de mortalidad natural puede ser estimada por: i) curvas de pesca, en pesquerías levemente explotadas; ii) relación entre la tasa de mortalidad total y el esfuerzo de pesca; iii) marcaje y recaptura; iv) correlación con parámetros de historia de vida y factores ambientales del hábitat.

Intuitivamente, se puede plantear que, en promedio: i) M debe ser más alta en peces pequeños que en peces que logran gran tamaño corporal; ii) M debe ser más alta en peces que crecen más rápido que en los peces que crecen más lento; iii) M debe ser más alta en peces con ciclo de vida corta que en aquellos longevos; y iv), M debe ser alta en peces que maduran temprano. Estos planteamientos han sido verificados mediante métodos de regresión entre M y la longitud de los peces (longitud asintótica, relación inversa), entre M y la tasa de crecimiento (coeficiente de crecimiento K, relación positiva), entre M y la edad máxima observada (relación inversa), y entre M y la edad de madurez (relación inversa); entre M y el índice gonadosomático. Asimismo, M debe ser más alta en hábitats tropicales que templados (relación positiva con la temperatura).

Con estos conocimientos, se pueden sugerir otras relaciones que pueden y deben ser evaluadas: M debe ser más alta en hábitat someros que en aguas profundas, M no debe ser tan alta en peces que forman cardúmenes como se esperaría para un tamaño y crecimiento equivalente, M debe ser más alta en poblaciones numerosas que en poblaciones poco numerosas, M debe ser más alta en peces con alta fecundidad o producción de huevos totales. Estos planteamientos permiten incrementar el conocimiento, y se pueden evaluar con técnicas de regresión/correlación. Sin embargo, los Biólogos Pesqueros no necesitamos más modelos empíricos, porque estos son solo válidos en el contexto de probar las relaciones o asunciones que aquí se han establecido (prueba de hipótesis). Cuando se usan las relaciones, no se está cuestionando las asunciones o premisas iniciales, y por lo tanto se está prediciendo. Esta es la principal diferencia entre prueba de hipótesis y predicción, i.e. cuestionar las premisas iniciales. Además, se sabe que cualquier estimación de M con modelos empíricos se sabe son muy poco precisas, aunque pueden ser exacto (ver Cubillos y colaboradores, Fisheries Research 42, 147-153, 1999; Cubillos y Araya, Revista de Biología Marina y Oceanografía 42, 287-297, 2007; Quiroz y colaboradores, Fisheries Research 102, 297-304, 2010).

Para las recientes generaciones de Biólogos Pesqueros, una idea interesante que podría generar nuevo conocimiento es relacionar las estimaciones de M2 (mortalidad por depredación) que se obtiene de los modelos ecotróficos como ECOPATH, con parámetros de historia de vida, o con las estimaciones empíricas de M. Si la mortalidad por depredación es significativa, entonces M2 debería ser directamente proporcional a M, con una pendiente inferior a 1 y un intercepto negativo ¿Quién probará esta relación? Si estás interesado, deberás aprender Meta Análisis, y convertirte temporalmente en un ratón de biblioteca o en un experto navegante por la WWW para recopilar datos, y dominar los conceptos involucrados, ponerlos en perspectivas, y comenzar a disfrutar al descubrir lo que has encontrado y compartir lo que has hecho. Solo así generas efectos multiplicadores.

Es más, actualmente es posible contar con estimaciones edad-dependientes (Peterson y Wroblewski, 1984; Lorenzen, 1996; Chen y Watanabe, 1989; Lorenzen, 2000), y por lo tanto es válido preguntarse si la asunción tradicional de considerar M constante entre edades y años podría tener consecuencias para la evaluación y manejo de nuestros recursos. No es necesario demostrar esto con datos y modelos complejos, simplemente es un desafío…y si eres de las personas que ven una oportunidad, y le encantan los retos,…¿Qué estas esperando? Ve por esto!





jueves, 5 de agosto de 2010

Dependencia vs. Correlación espacial



En pesquerías, usualmente la evaluación directa tiene el propósito de estimar la abundancia a partir de observaciones colectadas en el mar, ya sea con redes de pesca, trampas, u otro medio en puntos localizados en un área geográfica dada. Es importante tener presente que en todo proceso de inferencia estadística, es decir cuando queremos decir algo acerca de un parámetro poblacional a partir de datos observados (una realización o muestra aleatoria), es fundamental que las observaciones sean independientes. Entonces es fundamental estudiar la estructura espacial, es decir si existe dependencia o autocorrelación entre las observaciones; es decir, si la dependencia se debe a un gradiente ambiental o si la correlación se debe a un proceso intrínseco.

Cuando observamos la naturaleza, es común encontrarse con un patrón espacial caracterizado por gradientes, parches, discontinuidades. El proceso que pudo haber producido la estructura espacial observada se podría deber a dos modelos:

a) Dependencia espacial, lo que implica que la variable respuesta es estructurada espacialmente porque depende de otras variables que son espacialmente estructuradas por sus propios procesos característicos (e.g. hábitat físico). Esto se denomina a veces control ambiental, y matemáticamente es equivalente a Yj = mu +f(Xj) + ej. Esto quiere decir que el valor que toma la variable Y en el sitio j corresponde al valor de la media regional (mu) de la variable, modulada por el efecto local de la variable explicatoria en el sitio j, más un componente de error aleatorio.

b) Autocorrelación espacial, en este modelo el valor de la variable respuesta Y en el sitio j se asume es el resultado de algún proceso dinámico dentro de la variable Y. La correlación espacial se refiere a la carencia de independencia entre los componentes de error de los datos espaciales, como función de la distancia geográfica entre los sitios. Se describe por: Yj = mu + SUMA(f(Yi-mu) + ej. El valor de la variable Y en el sitio j es el valor de la media regional más una suma ponderada de los valores centrados (yi-muj) de la misma variable en sitios i que están alrededor de j, más un términos de error independiente.

Dos poderosas herramientas existen para ello: 1) la dependencia espacial con Modelos Aditivos Generalizados o Modelos Lineales Generalizados y 2) la correlación espacial la estudiamos con técnicas geoestadísticas. Un ejemplo de dependencia espacial y estructura espacial se puede encontrar en el artículo de Claudio Castillo-Jordán, Luis A.Cubillos y Jorge Páramo, publicado en Aquatic Living Resources en el 2007.

domingo, 25 de julio de 2010

Boletín de Pesca Sostenible

Con el objeto de dar a conocer novedades sobre las tendencias de los mercados que determinan un camino hacia la sostenibilidad en las pesquerías, CEDEPESCA emite un boletín mensual. Además, seleccionan las noticias más significativas que permitan negocios perdurables sobre la base del convencimiento que la pesca es y será una actividad sustentable. Florencia Viñuela (florencia.vinuela@cedepesca.net), nos invita desde ya a cooperar, participar, compartir o solicitar mayor información.

lunes, 21 de junio de 2010

Responsabilidad política, administrativa y científica

Qué tan sorprendido puedes estar cuando ya conoces toda la “secuencia de eventos” (Ver también: Caso del jurel 2008: ¿Quién yo…? ¡Yo no fui…!) que se desatará cuando se pone en jaque al sistema administrativo por la escasa responsabilidad política de algunos líderes o representantes. Así es, los intereses y las demandas por el uso de un recurso (reales o no) pueden justificar cualquier cosa, y aquél que sabe torcer las reglas puede determinar una incapacidad en la autoridad administrativa. La administración, a su vez, desea o pretende solucionar su incapacidad demandando consejo científico-técnico. ¡Es una paradoja!, La secuencia es la siguiente:

a) Los interesados en doblarle la mano a la autoridad usan argumentos técnicos sobre la base de la honestidad científica reflejada en los informes. Es usual que en las publicaciones los científicos discutamos nuestros resultados para identificar debilidades en algunos de nuestro enfoques y en las conclusiones a las que llegamos.

b) La interpretación política antojadiza de resultados científicos, llena de interés en lo que puede servir a sus propósitos, enfrenta a las autoridades demandando mayor certidumbre o bien debatiendo con estudios recientes realizados por el biólogo X, quien fue apoyado por el experto Y. Entonces,

c) La autoridad administrativa, demanda a los biólogos que le asesoran para que en el menor tiempo posible logren mayor certidumbre acerca del proceso A ó B, preguntándose el porque los estudios del biólogo X dicen cosas diferentes a las que han sido consideradas hasta el momento, y que no habian sido cuestionadas.

d) El debate puede continuar por un tiempo, y de seguro se invitará al experto Z y representantes del instituto W, a quienes se les pedirá resuelvan el conflicto.

e) Entonces, los políticos ven la oportunidad! y hacen un traje a su medida para los intereses de unos pocos. Total, el mundo científico aún debate y trata de buscar puntos de acuerdo, y obvio…no se les puede esperar por siempre.

f) La autoridad administrativa recoge las nuevas directrices, ya es tiempo de cambio de gobierno y del reemplazo de las mismas. Nada ha pasado para ellos…, pero en breve

g) El recurso pesquero se agota, o la pesquería entra en crisis, y nos preguntamos ¿qué paso?

Sé que el lector tiene un ejemplo vivo en su mente, en su experiencia...pero tal vez lo leí en un cuento, o tal vez esto no pasa nunca en la realidad. Solamente sé que la responsabilidad política debería existir, como también la responsabilidad administrativa, y porsupuesto la responsabilidad científica. Debo señalar que los científicos sabemos como esto funciona, y sabemos que si han de haber decisiones administrativas que no se justifiquen técnicamente, …simplemente que se tomen con la responsabilidad correspondiente. El consejo técnico estará allí para evaluar la decisión bajo incertidumbre, pero no se puede esperar que el biólogo o el comité científico tome la decisión y se le atribuyan responsabilidades o se les acuse políticamente.


miércoles, 14 de abril de 2010

Para estimar la talla de madurez sexual en peces




Los biólogos pesqueros estudian la madurez de los peces, y en particular de las hembras, para conocer la fracción adulta de una población y/o el tamaño del stock desovante. A su vez, la madurez en conjunto con estudios de fecundidad (número de huevos), fracción desovante, es posible determinar el potencial reproductivo.
Convencionalmente, una hembra está madura cuando los ovocitos en los ovarios comienzan a adquirir vitelo (criterio estructural), o bien cuando el ovocito maduro puede llegar a ser fertilizable (criterio funcional). Las características que definen la madurez de los ovocitos solo se pueden determinar con el examen histológico de los ovarios. Cuando la madurez se relaciona con el tamaño o edad de las hembras se identifica una curva que se denomina ojiva de madurez, y permite definir la talla(edad) media de madurez al 50% de probabilidad de observar una hembra madura.
En un artículo que será publicado en el Volumen 38 número 2 de Latin American Journal of Aquatic Research, por Luis Cubillos y Carolina Alarcón, se presenta un método alternativo basado en el consumo relativo de oxígeno para estimar la talla media de madurez sexual. El método cae en la categoría de modelo empírico, y utiliza la hipótesis de Daniel Pauly quien sostiene que el crecimiento es limitado por la provisión de oxígeno debido al crecimiento alométrico de las branquias, con un exponente inferior (a=0.8) al de la relación longitud peso (b=3). De esta manera, a medida que un pez crece, la provisión de oxígeno disminuye a tal punto que cuando alcanza el peso máximo (asintótico) todo el consumo de oxígeno solo se utiliza para mantener el metabolismo. Así, un pez invierte energía solo cuando el peso es inferior al peso máximo. Pauly, encontró una constante (=1,36) entre el consumo relativo de oxígeno a la talla de primera madurez sexual (Lm) y el respectivo consumo a la talla asintótica (L∞), siendo esta última un parámetro de crecimiento de la ecuación de crecimiento de von Bertalanffy. Sobre esta base, Luis Cubillos y Carolina Alarcón utilizan la siguiente expresión para estimar la talla media de madurez sexual:


Y conocidas las constantes de la mayoría de los peces, donde a=0.8 y b=3, se tiene: Lm = 0,6 L∞. En el caso del jurel (Trachurus murphyi), sin embargo a=0,9 y b=2,9, luego la talla media de madurez es cercana a 25 cm, considerando una longitud asintótica de 71 cm. Por supuesto, el exponente de la ecuación del consumo de oxígeno depende de la temperatura.

martes, 16 de marzo de 2010

Científicos por la recosntrucción de Chile


La facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, invita a los científicos a unirse por la reconstrucción de Chile. El evento se realizará en el Auditorio Telefónica, el 19 de marzo de 2010, de 9 a 13:30 hrs. Mayor información en el sitio www.ciencias.uchile.cl/, email: comunics@uchile.cl, telefonos (56-2) 9787441/84623616.